Sin las restricciones de los mercados, la tecnología puede ser aplicada más libremente para resolver algunos problemas humanos.

Gran parte de la tecnología ya existente está infrautilizada debido a sus elevados precios. Por ejemplo, existe una amplia tecnología disponible para crear granjas casi completamente automáticas, pero rara vez se aplica. La agricultura vertical y la hidroponía ofrecen oportunidades únicas para producir alimentos con una mínima impronta ecológica, pero son muy pocas las existentes debido al costo prohibitivo de su construcción.

Cuando la pregunta sobre la aplicación de la tecnología cambie de “¿cuánto costará?” a “¿cuánto lo necesitamos?”, la tecnología se aplicará inmediatamente en los lugares donde más se necesita. Como por ejemplo, en la producción sostenible de alimentos, la limpieza de los océanos, la producción de energía, los sistemas de transporte sostenibles, etc.